Los ligamentos cruzados se encuentran ubicados en la articulación de la rodilla, permitiéndole la estabilidad necesaria y una correcta movilidad. Principalmente en nuestras mascotas son dos los más importantes: el ligamento cruzado craneal y el ligamento cruzado caudal, donde el primero, el ligamento cruzado craneal, es el que sufre con mayor facilidad y frecuencia lesiones.

Una de las lesiones más comunes en perros, y en algunos gatos, es la rotura de ligamento cruzado craneal de sus extremidades posteriores (patas traseras), ya sea por un mal movimiento, un accidente, y en algunos casos por enfermedades endocrinas.

Cuando una mascota sufre de este tipo de patología comienza a presentar cojera en alguno de sus miembros traseros, pues pierde la estabilidad normal de la rodilla y comienzan a retraer su extremidad o dejan de apoyarla sobre la superficie.

Polter es un canino de raza Schnauzer de 10 kilogramos de peso aproximadamente, el cual se encontraba corriendo en el parque con algunas otras mascotas y de repente comenzó a presentar ciertas molestias en una de sus extremidades y por lo tanto no la apoyaba en el suelo, al parecer por un mal movimiento. Asistió a consulta en el mes de noviembre por presentar claudicación (cojera) de su miembro posterior izquierdo y un dolor agudo en su articulación, a lo cual el médico general luego de su examen clínico determinó que posiblemente presentaba una ruptura de ligamento cruzado craneal y remitió a Polter para revisión por parte del equipo de ortopedia para corroborar dicho diagnóstico hasta ese momento presuntivo.

Posteriormente se realizó toma de radiografías bajo sedación y pruebas ortopédicas para corroborar a que se debía los síntomas presentados por Polter, concluyendo como diagnóstico final una rotura de ligamento cruzado craneal del miembro posterior izquierdo.

El método de corrección de estos casos se realiza mediante intervención quirúrgica, donde existen diferentes métodos que buscan recuperar la movilidad y naturalidad del funcionamiento de esta articulación, brindándole a la mascota un soporte que le permita continuar su vida sin problema alguno. Si no se llega a dar una solución a tiempo puede generar un desgaste en la articulación de la mascota, produciendo mayor dolor y reduciendo el movimiento de la extremidad.

Uno de los métodos más innovadores y de mayor recuperación es la técnica Evolig, que consiste en realizar el reemplazo del ligamento roto por uno sintético, manteniendo todos los movimientos y restaura la completa funcionalidad de la articulación sin alterar la anatomía de la rodilla en muy corto tiempo. Esta técnica es la más asociada al manejo que se da frente a la misma patología.



En humanos, pues las demás técnicas actuales nunca han sido practicadas en humanos, en donde se modifica la anatomía de la rodilla mediante la fractura de un hueso usualmente sano.

Finalmente, Polter fue intervenido el 3 de diciembre bajo los parámetros anestésicos y quirúrgicos indicados, logrando una cirugía exitosa y una pronta recuperación. A los pocos días Polter comenzó a apoyar con normalidad su extremidad operada y fue recuperando la fluidez y movilidad de su articulación.

La recuperación de la técnica Evolig es una de las más rápidas y eficientes, pues al no haber mayor modificación en la rodilla permite al paciente en las primeras 48 horas comenzar a apoyar el miembro afectado (con restricciones de movilidad) y retomar su funcionalidad natural, acompañándose de sesiones de fisioterapia, medicación y cuidados en casa.