¿Cómo sé si mi perro o gato tiene dolor?

¿Cómo sé si mi perro o gato tiene dolor?

Históricamente se creía que los animales no sentían dolor o que lo sentían de forma muy diferente a las personas. Actualmente, esta percepción ha cambiado gracias a la evidencia científica y a la cercanía que hemos podido tener a los animales en general. 



Aunque todos los animales sean capaces de percibir el dolor, la forma en que lo demuestran puede variar de acuerdo con la especie, la raza y la edad, incluso para el mismo estímulo doloroso. Además, la mayoría de los animales tienden a no manifestar el dolor u ocultarlo cuando se sienten más expuestos, como cuando están en la clínica, siendo capaces de enmascarar las señales de dolor, esto, ya que en la naturaleza no conviene mostrarse débil, pues se pone en riesgo la supervivencia. Es por esto que te mostramos a continuación cómo identificar el dolor, pues es el tutor quien conoce el día a día de su animal de compañía y será quien informe al veterinario de los cambios detectados, no sólo antes de comenzar con el tratamiento, si no durante y después del mismo.

Nivel de actividad: En algunos pacientes se mostrará menor actividad, mientras que en otros casos se presenta agitación. Evalúa los cambios que se dan al momento de salir a caminar, su actitud en casa cuando llega alguien, cuando te saluda e incluso si solía hacer travesuras y deja de hacerlas de repente.

Higiene y aseo: Cuando un animal siente dolor, suele disminuir el tiempo que dedica a su aseo. El pelaje sucio o con pelo muerto acumulado es síntoma de enfermedad en los animales, del mismo modo los orificios corporales (orificios nasales, oídos, etc.) podrán tener secreciones secas que antes eran retiradas por el mismo animal. Esto sucede aún más evidente en felinos.

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Temperamento: Animales tranquilos y mansos pueden mostrar una actitud agresiva, mientras que animales agresivos pueden pasar a ser totalmente manejables en un ambiente estresante. 

Vocalizaciones: Las vocalizaciones (chillidos), gemidos, pujidos y jadeo en momentos donde no es evidente un estímulo como emoción o ansiedad puede estar relacionado con dolor tanto agudo como crónico.

Apetito: Observar la ingesta de comida sirve para valorar el dolor o el nivel de estrés en animales. Lo habitual es percibir una reducción en la ingesta de agua y comida y, consecuentemente, la eliminación de orina y heces también se verá reducida.


Disgusto por el contacto con alguna zona: al acariciar una zona que normalmente no generaba una reacción negativa como agresividad, chillidos o evitación, es una de las señales que más nos permite encontrar el lugar donde se genera dolor.


Observar, tocar y escuchar a nuestros peluditos, permitirá que encontremos señales de dolor de forma temprana, evitando que algunas condiciones de salud avancen, poniendo en riesgo la vida de nuestro perro o gato.

¡Ellos no se rinden, nosotros tampoco!


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