La Gingivoestomatitis se entiende como la inflamación y enrojecimiento de las encías y en general de cavidad oral, la cual en gatos es un motivo común en las consultas generales.

Aunque en ocasiones no generen síntomas, a largo plazo se puede convertir en un problema con muchas implicaciones de las cuales tenemos que estar atentos.

Enfermedades renales:

Predisposición por especie.

Enfermedades autoinmunes:

Son causas totalmente diferentes e independientes, pero la presencia de una podría relacionarse con la aparición de otra, por lo cual no se descartarían causas con solo la identificación de una de ellas.

Los signos pueden ser:

1. Pérdida de apetito

2. Mal aliento

3. Salivación excesiva

4. Dolor al abrir o cerrar la boca

5. Decaimiento (no se acicalan, lo que es un comportamiento muy habitual en ellos).

¿Diagnóstico?

El punto más importante para determinar un problema en tu gato es la correcta observación de su comportamiento. Una posterior revisión con el médico veterinario y la completa exploración del paciente es el segundo paso para conocer el estado de la mascota. Posteriormente, se puede comenzar a descartar con base a exámenes de laboratorio el motivo por el que se está generando la molestia, y por ende actuar de forma correcta al punto base del problema de manera rápida y oportuna.

Medidas de prevención

• Correcta higiene de la cavidad oral.

• Esquema de vacunación y desparasitación vigente.

• Chequeos rutinarios y exámenes preventivos.

• Evitar que tu mascota salga de casa, con el fin de evitar posibles contagios de enfermedades infecciosas o virales.

¿Cómo tratarlo?

Dependiendo de examen clínico realizado por tu veterinario junto con exámenes de diagnóstico, se determinará el paso a seguir. Puede incluir desde manejos con medicamentos antiinflamatorios, analgésicos, antibióticos, terapias reguladoras como hasta procedimientos de profilaxis dental o retiro de piezas dentales que no se encuentren en buen estado.

No todos los casos son iguales, por ende, siempre es importante siempre apoyarte de un médico que revise a tu mascota y te oriente en el tratamiento que requiere para así dar una respuesta a tiempo e implementar un correcto manejo para una buena recuperación.