¿A mi mascota le puede dar artritis o artrosis?

¿A mi mascota le puede dar artritis o artrosis?

En humanos, es común escuchar, sobre todo dentro de las personas mayores, que con la edad se dan dolores en las articulaciones y cada vez se vuelven más fuertes, resultando en dificultad para mover las manos, las piernas, entre otros. Esto se debe a la inflamación y degeneración de las articulaciones que genera lo que conocemos como artritis y/o artrosis (técnicamente llamado Osteoartrosis). Es una condición que sufren aproximadamente uno de cada cinco perros, afectando sus articulaciones y hace que se  inflamen una o varias partes de sus extremidades e incluso la columna. La osteoartritis no solo hará que nuestros peluditos caminen mal, también provocará bastante dolor.

 

¿Por qué ocurre?

Se trata de un desgaste del cartílago articular que termina en la incorrecta formación de articulación, provocando roce entre los huesos, inflamación de los tejidos circundantes y por ende mucho dolor. En algunas ocasiones puede suceder por un desgaste inadecuado de la articulación debido a otra enfermedad primaria como la displasia de cadera o la luxación de rótula, sin embargo puede suceder en animales que nunca han tenido otra condición osteomuscular sobre todo cuando llegan a una edad madura. Esto no excluye a los animales jóvenes de padecer esta patología.

¿Cómo se diagnostica?

El examen clínico y la historia juegan un papel importante, donde encontramos síntomas como dificultad para pararse o caminar, movimientos lentos, cojeras, incomodidad al tocar alguna articulación, inflamación evidente de las articulaciones, entre otros. No obstante, el diagnóstico final está a cargo de la imagenología, donde principalmente las radiografías definen el grado de daño articular.

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¿Tiene cura?

Se trata de una enfermedad degenerativa, es decir, que con el tiempo empeora y no tiene cura. Sin embargo, dependiendo de la etapa de la enfermedad y el diagnóstico oportuno, obtendremos la posibilidad de enlentecer su desarrollo y manejar el dolor que puede ocasionar así como la dificultad en la movilidad. Dentro de los principales aspectos a manejar en esta enfermedad encontramos:

  • Manejo de dolor: Basado en estrategias farmacológicas que deben ser diseñadas por un veterinario enfocándose en las necesidades específicas del paciente, fisioterapia especializada que permite el uso de diferentes métodos analgésicos, y terapias alternativas como la acupuntura.

  • Nutrición de las articulaciones: Con el uso de nutracéuticos como el Omega 3, la glucosamina y el condroitín sulfato, que deben ser formulados de acuerdo a las necesidades de cada paciente. Por otro lado, la movilización adecuada de las articulaciones permite un correcto flujo de los nutrientes que se encuentran en las sustancias intraarticulares, esto debe manejarse bajo la guía de un especialista en fisiatría y fisioterapia.

  • Control de peso: Basado en una correcta alimentación que se adecue al estilo de vida del paciente y ejercicio guiado por un profesional veterinario enfocado en el área física, permitiendo un gasto de calorías equilibrado para el consumo de las mismas.

  • Fortalecimiento muscular: Que brinda el soporte adecuado a las articulaciones para que no sufran aún más desgaste. Es ideal la valoración fisiátrica o fisioterapéutica para lograr un correcto fortalecimiento sin riesgos.


¿Cómo prevenirlo?

Asiste a tu médico veterinario con regularidad, sobre todo si ves algún cambio en la forma en que se mueve tu peludito, no normalices cambios en su forma de caminar y actuar. Esto es principalmente importante en perros y gatos de avanzada edad o con predisposiciones genéticas, como sucede en las razas susceptibles a sufrir de displasia de cadera  y luxación de rótula. Prevenir es lo mejor que podemos hacer para evitar dolores de difícil manejo en un futuro.

¡Ellos no se rinden, nosotros tampoco!


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