¿Mi perro puede tener displasia de cadera?

¿Mi perro puede tener displasia de cadera?

¿Qué es la displasia de cadera?

Es una condición del sistema osteoarticular que afecta a las mascotas (principalmente perros) en diferentes grados de severidad. Esto sucede, cuando el fémur no se acopla adecuadamente en la cavidad de la cadera en la que debería articularse, como sucede en los humanos. Esta condición se torna dolorosa y dificulta la movilidad, ya que la inestabilidad de la articulación genera cambios óseos y daños en el cartílago, desarrollándose artrosis.


¿Cuáles son las causas de esta enfermedad?

Es una condición principalmente de origen genético, es decir, que puede heredarse de padre o madre a sus hijos. Sin embargo, en su desarrollo influyen:

  • El ambiente en el que se cría el cachorro

  • La superficie sobre la que camina

  • La superficie sobre la que descansa

  • Malnutrición

  • Golpes o lesiones osteomusculares adicionales

Además, existen RAZAS PREDISPUESTAS a la presentación de esta enfermedad, principalmente de talla grande, donde encontramos:

  • Pastor alemán

  • Retrievers (labradores y goldens)

  • Rottweiler

  • Mastines

  • Bernés de la Montaña

  • San Bernardo

  • Dogos

  • Bulldog (francés e inglés)

  • Terranova


¿Cómo se detecta esta condición?

Los signos de la displasia pueden variar y dependen del nivel de desplazamiento y desgaste articular. En lo que respecta a cachorros, es muy difícil detectar la displasia de cadera. Con el tiempo, a medida que el cachorro crece se pueden evidenciar algunos síntomas como:

  • Correr con los miembros traseros al tiempo (“salto de conejo”).

  • Caminata con movimiento exagerado de la cadera (“modelando” o “meneando la cadera”).

  • Estar sentado más tiempo que el resto de los cachorros.

  • Sentarse de medio lado.

  • Rápido agotamiento y/o dolor frente a actividad física.

  • Chilla si juega o hace movimientos bruscos.

  • Debilidad en los miembros traseros al andar o dificultad para levantarse.

  • Caminar con las patas de atrás muy cerca una de la otra.

  • Evita subir escaleras.

  • Cojera, cuando el grado de displasia es severo.


Sin embargo, como lo mencionamos anteriormente, es difícil observar síntomas en cachorros. Por lo contrario, en adultos, debido al daño articular progresivo, los síntomas son evidentes y dependen del avance de la enfermedad degenerativa articular y el grado de displasia, tales como:

  • Dolor: demostrado con chillidos, dificultad de movimientos, dificultad o rechazo a levantarse, agresividad al tacto de la región de la cadera, inapetencia y depresión.

  • Cojera: Además de ser uno de los signos de dolor, se presenta por la dificultad que presentan los movimientos de la articulación por el “desencaje”. Sucede mayormente cuando el animal está “en frío”, es decir, que no está realizando actividad física, y puede disminuir cuando está “en caliente”, es decir, realizando ejercicio.

  • Al igual que en algunos pacientes jóvenes, pueden observarse movimientos anormales al caminar o correr, como un balanceo exagerado en la cadera y “salto de conejo”.

  • Mantener las dos patas de atrás muy juntas cuando está parado.

La confirmación diagnóstica se realiza a través del examen ortopédico (prueba de Ortolani y prueba de Barlow) y radiografías de la cadera realizadas bajo sedación, donde se evidencia el grado de displasia y de daño articular.

¿Tiene solución?

Es muy importante la detección temprana a través de radiografía para evitar daños severos sobre la articulación, debido a que estos son irreversibles. Los tratamientos, que pueden ser complementarios o individuales son:

  • Tratamiento conservador: Es el que se enfoca en los síntomas y avance de la enfermedad articular, pero no soluciona la displasia en sí, es aplicado principalmente en los casos en los que la displasia es leve.

    • Analgésicos, según el grado de dolor y pueden usarse medicamentos alopáticos u homeopáticos.

    • Nutraceúticos (glucosamina y condroitin), los cuales colaboran en proteger las articulaciones gracias a que disminuyen la velocidad con que se dan los daños, pero no los solucionan.

    • Fisioterapia: esta terapia alternativa que incluye una gran variedad de técnicas como la cinesiterapia, masoterapia, electroterapia, laserterapia, magnetoterapia, entre otras. Puede ser extremadamente útil en el alivio del dolor ya sea agudo o crónico (disminuye el uso de medicamentos analgésicos), control de la inflamación y mejoramiento del movimiento articular y muscular.

    • Otras terapias alternativas como la acupuntura.

Cirugía: Los métodos quirúrgicos posibles, dependen del avance de la enfermedad y del concepto médico y ortopédico. Es el único método que da solución definitiva a la displasia de cadera, debido a que se elimina el roce articular. La recuperación posquirúrgica se ve ampliamente beneficiada con la aplicación de terapias complementarias, principalmente de la fisioterapia, con la que se fortalece la masa y tono muscular, permite la mejor oxigenación y nutrición de los tejidos implicados, produce sustancias endógenas que generan analgesia y confort, conllevando a una recuperación más rápida y eficaz.

¡Ellos no se rinden, nosotros tampoco!


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