¿Qué hábitos cambian cuando tu gato tiene dolor?

¿Qué hábitos cambian cuando tu gato tiene dolor?

Los gatos por sus características evolutivas son animales que no muestran dolor de forma evidente y ciertos cambios en sus hábitos pueden pasar desapercibidos para los tutores, llevando a que estos peludos sufran de dolor crónico que puede desencadenar otros problemas de salud, a continuación mencionamos los aspectos en los que se presentan cambios cuando un gato tiene dolor:



Postura y forma de caminar

  • Cuando se encuentra acostado permanece con el cuerpo recogido y se presenta dificultad para hallar una posición cómoda.

  • Al caminar, el cuello y la cabeza pueden permanecer con una inclinación leve hacia un lado o la columna se torna encorvada; además los pasos se vuelven cortos y el abdomen puede verse contraído.

 Actividad física

  • Disminución en el uso del gimnasio o lugares elevados de preferencia por dificultad para saltar a ellos.

  • Menor tiempo de juego y aumento en el tiempo recostado.

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Temperamento

  • Aislamiento o permanencia en lugares escondidos.

  • Menos interacción con los tutores y otros animales.

  • Actitud agresiva frente a situaciones que normalmente no generan esta respuesta.

  • Agresividad al tocar la zona dolorosa, en algunas ocasiones esto puede confundirse con juego brusco.

  • Producción de gruñidos tenues en situaciones aisladas o al manipular la zona dolorosa.

Higiene

  • Menor tiempo de acicalamiento, que deriva en pelaje desordenado y opaco.

  • Menor uso de la arenera que puede manifestarse como estreñimiento o llevar a este.

Sueño

  • A pesar de que aumente el tiempo de estar acostado, se interrumpe el sueño y el descanso es poco efectivo.

Disminución en el consumo de agua y alimentos.


La medición del dolor en nuestros peludos se ha convertido en un aspecto importante en la visita al médico veterinario, por esto cuando lleves a tu gatito a consulta te harán preguntas no relacionadas directamente con el motivo de la visita, sin embargo son fundamentales para que haya reconocimiento de la presencia de dolor y a partir de esto se tomen las medidas necesarias para hallar la causa y resolverla o manejarla de forma adecuada, evitando así el progreso de la lesión.

¡Ellos no se rinden, nosotros tampoco!


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