¿Qué hábitos cambian cuando tu gato tiene dolor?
Los gatos por sus características evolutivas son animales que no muestran dolor de forma evidente y ciertos cambios en sus hábitos pueden pasar desapercibidos para los tutores, llevando a que estos peludos sufran de dolor crónico que puede desencadenar otros problemas de salud, a continuación mencionamos los aspectos en los que se presentan cambios cuando un gato tiene dolor:
Cuando se encuentra acostado permanece con el cuerpo recogido y se presenta dificultad para hallar una posición cómoda.
Al caminar, el cuello y la cabeza pueden permanecer con una inclinación leve hacia un lado o la columna se torna encorvada; además los pasos se vuelven cortos y el abdomen puede verse contraído.
Disminución en el uso del gimnasio o lugares elevados de preferencia por dificultad para saltar a ellos.
Menor tiempo de juego y aumento en el tiempo recostado.
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Temperamento
Aislamiento o permanencia en lugares escondidos.
Menos interacción con los tutores y otros animales.
Actitud agresiva frente a situaciones que normalmente no generan esta respuesta.
Agresividad al tocar la zona dolorosa, en algunas ocasiones esto puede confundirse con juego brusco.
Producción de gruñidos tenues en situaciones aisladas o al manipular la zona dolorosa.
Menor tiempo de acicalamiento, que deriva en pelaje desordenado y opaco.
Menor uso de la arenera que puede manifestarse como estreñimiento o llevar a este.
Sueño
A pesar de que aumente el tiempo de estar acostado, se interrumpe el sueño y el descanso es poco efectivo.
Disminución en el consumo de agua y alimentos.
La medición del dolor en nuestros peludos se ha convertido en un aspecto importante en la visita al médico veterinario, por esto cuando lleves a tu gatito a consulta te harán preguntas no relacionadas directamente con el motivo de la visita, sin embargo son fundamentales para que haya reconocimiento de la presencia de dolor y a partir de esto se tomen las medidas necesarias para hallar la causa y resolverla o manejarla de forma adecuada, evitando así el progreso de la lesión.
¡Ellos no se rinden, nosotros tampoco!