La enfermedad de los 1000 síntomas (Moquillo canino)

La enfermedad de los 1000 síntomas (moquillo canino)

 
 

El virus del moquillo canino pertenece al género Morbilivirus y es de la familia paramyxoviridae, siendo similar al virus del sarampión humano. El moquillo o Distemper canino, es una de las enfermedades que mayor cantidad de muertes produce en perros, siendo superada sólo por el Parvovirus.


En algún momento durante el transcurso de su vida, la mayoría de los perros estarán expuestos a este mortal virus, siendo los cachorros quienes se encuentran en mayor riesgo de padecer la enfermedad, sin embargo, los perros adultos que no tienen un sistema inmune particularmente fuerte, o un plan vacunal al día también se encuentran en riesgo.

Este virus no sólo afecta al perro, otras especies también se ven afectadas, por ejemplo: lobos, mofetas, nutrias, visones, hurones y comadrejas. Los animales salvajes mantienen el virus vivo, lo cual dificulta la completa erradicación de esta enfermedad.  

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¿CÓMO SE CONTAGIA LA ENFERMEDAD?

El moquillo es una enfermedad altamente contagiosa y a menudo fatal. El virus permanece en las secreciones respiratorias, orina, heces y saliva de animales infectados. El virus se propaga igual que la gripe o el resfriado común en los seres humanos, es así como los estornudos, la tos y el contacto con secreciones u objetos contaminados (fómites) transmiten las partículas virales. El virus es eliminado incluso por perros que no manifiestan síntomas de enfermedad.

Las poblaciones de perros que se encuentran en mayor riesgo de contraer la enfermedad son aquellos que se encuentran en perreras o criaderos, debido a la aglomeración de caninos en estos sitios. Los cachorros comprados en tiendas de mascotas o adoptados de algunos refugios que no cumplen las reglas higiénico-sanitarias son los que se enferman con mayor frecuencia.

Estos perritos pueden parecer saludables mientras incuban la enfermedad, aún después de haber realizado la vacunación, y enfermarse días después en su nuevo hogar.

¿QUÉ ES Y CUANTO DURA EL PERIODO DE INCUBACIÓN?

El periodo de incubación es el tiempo que tarda un patógeno desde que ingresa al cuerpo, hasta que genera los primeros síntomas de enfermedad.

En el caso del moquillo, el periodo de incubación puede ser variable, tardando de 1 – 4 semanas, dependiendo del estado inmunológico de la mascota, su edad y el tipo de virus. En algunos casos la enfermedad puede “no manifestar” síntomas inicialmente, para luego manifestarlos severamente.

Al tercer día tras el ingreso del virus al organismo, este se propaga a los ganglios linfáticos, y desde allí se disemina al resto del cuerpo, teniendo una gran afinidad (tropismo) por la médula ósea y el bazo.

A partir del sexto día el virus comienza a destruir los glóbulos blancos, haciendo que el organismo no se pueda defender de infecciones oportunistas, y el cachorro comienza a presentar fiebre de manera intermitente durante un par de días, estos episodios febriles suelen ser indetectables. También comienza a atacar las células superficiales del cuerpo (epitelios), el tracto respiratorio, el tracto urinario, los ojos, la piel y la mucosa gastrointestinal.

A los 15 días post infección, el virus ya a afectado ha la gran mayoría de órganos, incluyendo riñones, hígado y cerebro. Es en este punto que los perros con un sistema inmunológico competente pueden lograr combatir y sobrevivir a la infección, al contrario de aquellos perros que son muy jóvenes, no tienen vacunas o esquemas vacunales completos, y que se encuentran inmunodeprimidos como, por ejemplo, cachorros mal alimentados y perros con enfermedades que depriman o desgasten su sistema inmune.

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SÍNTOMAS DE MOQUILLO

Es en este apartado donde el lector entenderá el porque del título que he escogido para el presente artículo.

A continuación, dividiré los síntomas que se presentan de acuerdo a los sistemas que afecta el virus, vale la pena aclarar que no es necesario que todos estén presentes, e incluso muchos de ellos pueden no manifestarse en un perro infectado.

Sistema respiratorio

  • Secreción nasal mucosa o serosa.

  • Tos.

  • Estornudos.

  • Dificultad respiratoria.

Sistema digestivo

  • Inapetencia.

  • Vómitos.

  • Diarrea. (Puede llegar a ser hemorrágica).

  • Dolor abdominal.

  • Hipoplasia del esmalte dental (dando apariencia de dientes amarillentos o fracturados).

Piel

  • Eritema (enrojecimiento).

  • Hiperqueratosis de las almohadillas plantares (síntoma muy característico de la enfermedad).

  • Descamación generalizada.

  • Pelaje poco brillante.

  • Alopecia.

Sistema ocular

  • Secreción ocular (lagañas).

  • Conjuntivitis.

  • Úlceras corneales.

  • Edema corneal, que da apariencia azulada al ojo.

Sistema nervioso

  • Espasmos (particularmente en la mandíbula, parpados y miembros).

  • Incoordinación de movimientos (ataxia).

  • Convulsiones.

  • Delirio (Alucinaciones).

Otros síntomas

  • Fiebre.

  • Decaimiento.

  • Perdida marcada de peso.

La enfermedad tiene una alta tasa de mortalidad, siendo igual o superior al 50%. También resulta ser un reto al momento del diagnóstico, ya que los síntomas pueden confundirse o asociarse a otras patologías, por esto es importante relacionar la historia clínica del paciente con los signos que manifiesta la mascota.


TRATAMIENTO

Lo cierto es que no existe un tratamiento específico y 100% efectivo contra el virus. En los casos de moquillo se toman medidas terapéuticas enfocadas al control de los síntomas que generan deshidratación, a combatir las infecciones oportunistas por medio de antibioticoterapia y el manejo de las convulsiones en los casos en que el virus logra dañar el sistema nervioso.

Vale la pena aclarar que no todas las mascotas responden igual al tratamiento, y que cada organismo es único, en algunos casos la respuesta terapéutica es insatisfactoria, otros mostrarán una marcada mejoría para luego empeorar, y otros lograrán superar esta dura enfermedad. En algunos casos se llega a sugerir la eutanasia al cuidador, pero esta decisión siempre deberá ser consultada con un médico veterinario.

El proceso desde el tratamiento hasta la recuperación puede llegar a tardar varios meses, y dependiendo del daño generado, pueden o no quedar secuelas, especialmente a nivel nervioso.  

En el año 2016 fue publicado un estudio científico desarrollado por investigadores de la UNAM, en el cual utilizan nanopartículas de plata que resultaron ser eficaces, curando la enfermedad en pacientes que no habían presentado aún síntomas neurológicos. Si bien el estudio y el tipo de partículas utilizadas son novedosos, aún falta que se desarrollen más investigaciones que fundamenten y justifiquen su uso, de momento el producto no ha sido comercializado por ninguna casa farmacéutica.

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DESPUÉS DE LA HOSPITALIZACIÓN

Los perros que sobreviven al moquillo, como se mencionó anteriormente, pueden quedar con secuelas para el resto de su vida, para ello es importante realizar controles médicos periódicos, en los cuales se instaurarán medidas terapéuticas. Las terapias alternativas, en mi opinión, resultan ser bastante útiles durante y después del padecimiento de la enfermedad.

Los perros recuperados pueden eliminar el virus hasta por 90 días, logrando infectar a perros sanos, por ello es importante que estas mascotas no tengan contacto con otros perros durante este tiempo.

El virus es bastante lábil (débil) en el medio ambiente, y muere ante el uso de desinfectantes comunes. Recomiendo que antes de adoptar o integrar una nueva mascota a un lugar donde hubo un perro infectado, se realice la desinfección de todo el sitio de manera semanal durante al menos un mes, con hipoclorito o productos antivirales, teniendo especial cuidado en desechar los objetos que puedan estar contaminados (comederos, camas, cobijas, etc.).  

RECOMENDACIONES

  • Recuerda que la mejor manera de prevenir esta enfermedad es llevar un control estricto sobre el esquema vacunal de tu peludo, es sumamente importante que las fechas de vacunación se respeten, estas fechas no son planteadas por capricho veterinario, y mucho menos por negocio, existe un factor inmunológico dependiente del tiempo, cuando no estimulamos la inmunidad de nuestras mascotas en los tiempos establecidos la vacunación puede llegar a ser inútil, siendo necesario en muchos casos, volver a iniciar el esquema vacunal. (VER: Vacunas en perros y gatos, lo que deberías saber).

  • El moquillo, al igual que otras enfermedades infectocontagiosas, no sólo afectarán la salud de nuestros chiquitines, sino también a nuestro bolsillo, puesto que los tiempos de tratamiento, observación y hospitalización son bastante prolongados. La vacunación no sólo salvará la vida del ser que amas, sino que también cuidará de tu dinero. (VER: ¿Por qué es tan caro ir al veterinario?).

  • Ten precaución al escoger tu cachorro, las apariencias pueden engañar, exige certificados de salud válidos y expedidos por un profesional y carné de vacunas con sello real y pegatinas auténticas (nombre del profesional, número de matrícula y escuela veterinaria). Lamentablemente muchos sitios que venden y ofrecen mascotas sólo buscan el beneficio económico a costa de la salud de estos chiquitines. 


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