El término transfusión sanguínea que hemos escuchado en algunas películas o cuando tenemos algún familiar o mascota enferma es más complejo e importante de lo que parece, pues en muchas ocasiones conlleva salvar la vida de un paciente que requiere una transfusión como medio principal para una recuperación de una enfermedad o accidente.

La transfusión sanguínea se denomina al proceso donde, a través de un vaso sanguíneo (venas o arterias), se pasa sangre de un paciente donante hacia un receptor. Estos tratamientos se realizan bajo una serie de parámetros y procedimientos rigurosos para minimizar cualquier inconveniente, pues son componentes que ingresan a un organismo diferente al que se encontraban.

Algunos factores importantes que se toman en cuanta al momento de realizar una transfusión sanguínea son:

• Grupo sanguíneo

Los grupos sanguíneos se diferencian de las proteínas que tienen, lo cual hace que frente a otro tipo de sangre diferente pueda haber algún tipo de rechazo.

• Medicación previa

Para reducir el rechazo del sistema receptor frente a las nuevas células ingresantes, se suele manejar algunos medicamentos que regulen la posible reacción del organismo.

• Motivo de la transfusión

De acuerdo con el problema por el cual se determinó realizar la transfusión, se define el objetivo y proceso por el cual se quiere realizar la transfusión.

No solo se puede transfundir sangre, sino únicamente alguno de sus componentes como lo son el plasma, las plaquetas, los glóbulos rojos u otros. Según el caso que se quiera manejar, la sangre puede tratarse de varias maneras para brindar una correcta solución y tratamiento al paciente.

¡Salvar vidas lo llevamos en la sangre!