Este es un motivo de consulta no tan frecuente en nuestra clínica veterinaria, pero es importante que los cuidadores conozcan, debido a que pasan por alto este tipo de comportamiento sin saber que implicaciones tiene sobre la salud. Determinar la causa puede llegar a ser algo complicado, y costoso, ya que debemos determinar si es un problema médico o un problema comportamental.

Cuando nos percatamos que nuestro perro está teniendo un comportamiento nuevo o extraño, es importante descartar una razón médica para el mismo. Para determinar si existe un problema médico, deberás responder algunas preguntas sobre la salud y comportamiento de tu mascota. Tener las respuestas será de bastante utilidad para el médico veterinario y tu amigo de cuatro patas.

¿Cuándo comenzó este comportamiento?

El profesional querrá saber desde hace cuanto tu perro comenzó a lamer sus patas, si este comportamiento es nuevo, o en caso contrario desde hace cuanto se está manifestando ¿es en ambas patas, delanteras o traseras?

¿Las patas se ven rojas, hinchadas o con escamas?

Este tipo de síntomas nos pueden estar indicando que existe un proceso irritante, infeccioso o inflamatorio.

La irritación puede ser generada por el contacto de la piel con sustancias químicas como detergentes, limpiadores de piso, etc.

Los procesos infecciosos pueden ser causados por fuentes bacterianas (Staphylococcus), fúngicas (hongos) y parasitarias (ácaros de sarna).

Los procesos inflamatorios pueden ser generados por traumatismos, picaduras de insectos y enfermedades alérgicas.

Las enfermedades alérgicas generalmente producen una sensación de picazón intensa que provoca que nuestra mascota se lama frecuentemente las patas. El pasto, la tierra, las flores e incluso las fibras de algunos accesorios para el hogar como tapetes y mantas pueden provocar esta afección.

¿Pueden ser problemas articulares?

Efectivamente, la inflamación de las articulaciones que conforman a los miembros anteriores y posteriores (patas delanteras y traseras respectivamente), pueden generar el síntoma de lamido.

¿Sabías que los perros soportan el 70% de su peso corporal en los miembros anteriores?

Puede que este dato no parezca relevante, pero pongámonos en las patas de nuestros peluditos, si eres un Beagle que debería pesar 10 Kg, tus miembros están diseñados para soportar 7 de esos 10 Kg, genial. Ahora planteemos otro escenario, supongamos que, siendo ese mismo Beagle, y debido a las golosinas, alimentos caseros, falta de actividad física y demás, te encuentras pesando ahora 16 Kg, es decir que, pesas 6 Kg por encima de lo que deberías, ósea que tus patitas diseñadas para soportar 7 Kg, están cargando ahora casi 12 Kg.

Querido lector, te invito amablemente a levantar y sostener con tus dos brazos 12 Kg de peso durante al menos 10 minutos. Si realizas este ejercicio “físico-empático”, notarás que el dolor no tardará en aparecer, ahora piensa lo que puede llegar a sentir tu mascota.

Evidentemente el sobrepeso se encuentra directamente relacionado con el desgaste óseo, muscular y articular, por esta razón estos perritos tienden a presentar de manera frecuente este comportamiento de lamido debido al dolor en sus miembros.

Aunque claro, existen otras causas de enfermedad articular, la edad, el exceso o la falta de ejercicio, una dieta desbalanceada, e incluso problemas metabólicos.

Diagnosticando un problema de salud

Primero le daremos nombre a esta patología, el lamido obsesivo se conoce como Lesión acral por lamido. Para poder descartar o confirmar que el lamido se esté generando por un problema médico, es necesario que lleves a tu peludo al veterinario, allí además de la información que te solicite el profesional, podrán ser necesarios otro tipo de ayudas diagnósticas como, por ejemplo:

• Imágenes radiográficas de los miembros afectados.

• Exámenes de sangre.

• Examen de materia fecal.

• Inspección física de las zonas afectadas.

• Raspados de piel.

• Improntas de la zona afectada.

• Cultivo y antibiograma.

• Tricogramas.

• Biopsias.

Cada uno de ellos encaminados a encontrar una alteración local (en la piel o en las articulaciones), o sistémica (infecciones bacterianas, metabólicas, etc).

¿Qué pasa si todas las pruebas salen normales?

Una vez descartado todo problema físico, es necesario enfocarse en la mente de nuestra mascota.

El lamido compulsivo puede ser la manifestación de un problema comportamental, el estrés, la ansiedad, el aburrimiento y el apego hacia su persona favorita pueden ser los detonantes de este síntoma.

Para los perros existen muchas maneras de redireccionar el estrés o la ansiedad, entre ellos tenemos, por ejemplo, cavar hoyos en la tierra, morder los muebles, ladrar o llorar excesivamente, comer materia fecal u otro tipo de elementos ajenos al alimento, y por supuesto, lamerse las patas.

Este comportamiento es comparable al de la onicofagia (comerse las uñas) en los seres humanos, es una especie de tic que desarrollan nuestras mascotas como consecuencia de estrés psicológico.

¿Qué tratamiento puede ayudar a nuestra mascota?

No existe un tratamiento específico para este comportamiento, no existe una inyección “anti mordidas de patas”. Seguramente habrás notado que además de las diferentes pruebas médicas, también existen múltiples causas, y es por este motivo que no existe un único tratamiento.

Este puede consistir en antibióticos, analgésicos, antiinflamatorios, antihistamínico, soluciones tópicas, terapias sistémicas, e incluso cirugía.

Por otra parte, tratar el problema comportamental requerirá de tiempo, paciencia y consistencia. En algunas ocasiones el uso de collar isabelino generará una restricción física que disminuye el impulso de lamido.

En otros casos será necesaria la actividad física (juegos, caminatas, etc.), la socialización con otras mascotas y hasta la intervención de un especialista en comportamiento animal.

Es importante que si evidencias este tipo de comportamiento en tu mascota, lo consultes con el médico veterinario, para descartar problemas de salud. 

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¡Recuerda que todas las mascotas, son de RAZA!