La enfermedad de las hembras sin esterilizar: Piómetra

La enfermedad de las hembras sin esterilizar: Piómetra

 
 

Muchos propietarios de hembras tanto caninas como felinas se niegan a realizar el procedimiento de castración o esterilización por múltiples motivos personales, lo que no saben es que existe un gran riesgo de presentación de enfermedades GRAVES dentro de las cuales encontramos el piómetra (conoce los motivos por los que deberías esterilizar a tu mascota).


Es una enfermedad bacteriana del útero relacionada con el ciclo estral de la hembra donde se genera una acumulación de pus dentro del órgano. Es causada debido a un desbalance hormonal entre la progesterona y los estrógenos, por este motivo sólo las hembras "enteras" pueden presentarlo. Se puede presentar en cualquier edad pero afecta principalmente a hembras entre los 7 – 10 años, hembras de cualquier edad en la que se realicen procedimientos anticonceptivos (inyecciones, pastillas, etc.) y es más común en perras que en gatas.  En cualquier caso  debe tratarse como una URGENCIA.


Los signos clínicos que se observan dependen de la presentación de la enfermedad, ya que hay dos clases dependiendo del cérvix, El piómetra de cuello abierto (donde siempre hay secreción vaginal purulenta de coloración oscura debido a la mezcla de pus y sangre) o de cuello cerrado (donde no hay flujo pero si otros síntomas). Esta última es mucho más riesgosa en la vida del animal, debido a que en cualquier momento el útero puede romperse generando una peritonitis séptica que posiblemente termine con  la muerte del animal.  Los principales síntomas, luego de generada una infección, son los siguientes: 

  • Letargia (somnolencia) e inapetencia

  • Depresión

  • Vómito

  • Diarrea

  • Fiebre

  • Polidipsia (aumento consumo de agua) y poliuria (producción de más cantidad de orina)

  • Deshidratación 

  • Distensión abdominal (sobre todo en el caso de Piómetra de cuello cerrado)

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Para el diagnóstico es necesario realizar un análisis detallado de la historia junto con un buen examen clínico del paciente, chequeando principalmente la descarga vaginal y las constantes fisiológicas de la paciente. De la misma forma se recomienda tomar exámenes de sangre completos (hemograma y química sanguínea), donde posiblemente se hallarán resultados que indiquen un proceso infeccioso severo con aumento de los glóbulos blancos, aumento de las proteínas de la sangre (hiperproteinemia), las enzimas hepáticas y azotemia (aumento de BUN y creatinina). Es importante hacer un parcial de orina ya que puede haber afectación renal. Es ideal realizar una ecografía abdominal, medio por el cual es más acertado confirmar el diagnóstico, ya que en ésta se puede observar el útero con contenido líquido y posiblemente aumentado de tamaño.  Así mismo puede realizarse una citología vaginal, la cual nos revela un exudado séptico o purulento.

El tratamiento para esta enfermedad puede ser médico o quirúrgico, sin embargo es sólo la cirugía la que va a ser más segura para que la enfermedad se detenga y no se vuelva a presentar, pues a pesar de que existe un tratamiento a base de medicamentos, éste puede resultar en que la hembra vuelva a presentar la condición incluso con prontitud. A pesar de todo esto, las pacientes suelen llegar en estados muy graves que requieren una estabilización antes de la cirugía o el proceso que se lleva a cabo, por este motivo la hospitalización es NECESARIA. 


En caso de que observes que tu canina o felina esté presentando alguno de los signos, llévala inmediatamente a consulta con el Médico Veterinario, ten presente que esta enfermedad es riesgosa para su vida y debe ser intervenida rápidamente.

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