Hernias discales en mascotas

Hernias discales en mascotas

Al igual que los humanos, perros y gatos poseen estructuras especiales en la columna que permiten su movilidad y protegen la médula espinal. Dichas estructuras pueden sufrir cambios o lesiones que interfieren con la funcionalidad óptima de la columna, dentro de estas estructuras encontramos los discos intervertebrales.


 ¿Qué es una hernia discal?

La médula espinal es una estructura que está protegida y pasa a través de las vértebras (desde el cuello hasta la parte baja de la espalda) que cumple funciones nerviosas que permiten la comunicación entre el cerebro y el resto del cuerpo, siendo la responsable de que se den señales de movimiento voluntario e involuntario de los diferentes órganos corporales.Para evitar problemas durante el movimiento, entre las vértebras hay discos intervertebrales que actúan como amortiguadores. En una hernia discal (también llamada prolapso o protrusión discal), el disco intervertebral sale de los espacios intervertebrales y entra al canal espinal. Esto puede provocar trastornos en la movilidad y sensibilidad y mucho dolor.

 ¿Cómo puede suceder una hernia discal?

Traumatismos en los huesos por accidentes graves, luxaciones, enfermedades infecciosas y alteraciones tumorales pueden provocar hernias discales, no obstante, la causa más frecuente es el desgaste degenerativo (asociado a enfermedad degenerativa articular), ya que hace que las estructuras no soporten lo suficiente y se de la protrusión del disco incluso con algún movimiento de rutina de la mascota. Problemas articulares a lo largo de la vida generados por malas posturas, sobrecargas, ejercicio insuficiente o alguna otra enfermedad de base pueden predisponer a la presentación de esta condición.

¿Qué síntomas puede presentar mi mascota?

Dependiendo del tipo de hernia que se genere y la zona donde se presente podemos tener diferentes síntomas como:

  • Dolor a la palpación de la columna

  • Dificultad para moverse

  • Debilidad de miembros

  • Paraplejía, Tetraplejía

  • Incoordinación para caminar

  • Falta de sensibilidad en algunas zonas

  • Otros síntomas asociados al dolor como depresión, inapetencia, renuencia al ejercicio.

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 ¿Cómo se diagnóstica una hernia discal?

Asociando la historia clínica del paciente y el examen clínico se puede guiar el proceso diagnóstico, sin embargo, son la radiografía, resonancia magnética o tomografía  las más indicadas para ubicar la lesión y tipificarla. Muchas veces la radiografía solo nos permite dar un primer vistazo y establecer si hay otras lesiones asociadas a la hernia como fracturas, luxaciones, cambios degenerativos, etc. 

 ¿Cuál es el tratamiento?

Dependiendo del tipo de hernia y los síntomas que presente el paciente se pueden plantear alternativas conservadoras o quirúrgicas.

Terapia conservadora: Esta alternativa se utiliza en casos donde la hernia no cause daños graves en la médula espinal. Consiste en reforzar la musculatura circundante a la lesión, eliminar el dolor, mejorar la movilidad y mantener al paciente en buena forma para evitar más lesiones futuras. La FISIOTERAPIA será la encargada de esta alternativa al usar diferentes técnicas para que la terapia sea exitosa.

Terapia quirúrgica: Recomendada en casos donde la hernia genera mucho dolor y afecciones en la transmisión nerviosa. Será el ortopedista quien evalúe el tipo de cirugía a realizar para descomprimir la médula y permitir que siga funcionando correctamente. Al decidir realizar un proceso quirúrgico, se debe tener en cuenta que la FISIOTERAPIA cumplirá un papel fundamental en el proceso previo y posterior a la cirugía.


¿Cómo ayuda la fisioterapia en el manejo de hernias discales?

Ya sea que se mantenga una terapia conservadora o se decida realizar cirugía, la fisioterapia beneficiará al paciente en las diferentes etapas del proceso de recuperación. Tras el prolapso de un disco intervertebral los músculos y tejidos circundantes sufren inflamación y dolor e incluso cambios como la hipotrofia muscular y, por otro lado, cuando se realiza una cirugía se requiere cicatrización de los tejidos y recuperación de diferentes funciones que pudieron haberse perdido. Por este motivo, usar diferentes terapias que convengan para cada caso pueden:

  • Disminuir la pérdida de musculatura (necesaria para una más rápida recuperación)

  • Desinflamar 

  • Generar analgesia y confort

  • Disminuir el edema

  • Disminuir espasmos musculares en otras partes del cuerpo que pueden estar sufriendo por la sobrecarga de peso (columna y miembros).

  • Acelerar procesos de cicatrización del tejido óseo, muscular y de la piel.

  • Recuperar la movilidad y sensibilidad de zonas afectadas por la falta de transmisión nerviosa.

Todo esto puede ser manejado en las diferentes etapas de la enfermedad y beneficiarán el bienestar del paciente. Las diferentes técnicas utilizadas en fisioterapia pueden llevarse a cabo antes de una cirugía, el día en que se realiza la cirugía y posteriormente hasta llegar a la rehabilitación completa, dentro de estas encontramos:

  • En etapas tempranas:

    • Magnetoterapia

    • Ozonoterapia

    • Ultrasonido

    • Crioterapia

    • Movilización pasiva

  • En etapas más avanzadas de recuperación:

    • Kinesioterapia activa

    • Termoterapia (primeras 72 horas)

    • Masoterapia 

    • Electroterapia

    • Hidroterapia

¡Ellos no se rinden, nosotros tampoco!


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